Entre los elementos que podrían considerarse «paratextuales» en las campañas de marketing, la música que es una de las más conocidas es la que no es el mensaje en sí, sino que rodea, acompaña y refuerza su significado. La música tiene un potencial muy alto para transmitir información, conectarse con los consumidores o crear ciertos valores de marca.
Las empresas lo usan regularmente y repetidamente y lo usan como palanca para muchas cosas. Por ejemplo, se conoce el potencial de la música de fondo como elemento para controlar los flujos de clientes minoristas. Los supermercados usan música más tranquila en las horas del valle para mantener a sus clientes en la tienda y a través de los pasillos, y otro que es más animado en las horas pico cuando sus consumidores necesitan comportarse de manera eficiente.
La música se procesa en un nivel inconsciente.
Los estudios de neuromarketing también han demostrado que la música que asociamos con ciertos momentos de nuestras vidas tiene un efecto calmante y que la música influye en nuestros estados emocionales y nos permite ser más felices, más relajados o más felices.
La música debe integrarse y formar parte del contenido de marketing. Esto es lo que hacen algunos anuncios que contienen canciones que se convierten en íconos, incluso si no son parte del mensaje de la marca, que ayudan a transmitir los valores de la compañía.
En los últimos años, muchas marcas han comenzado a incorporar audio en su estrategia de marketing mediante la creación de logotipos de audio que mejoran la identificación de la marca. Los logotipos de sonido no son melodías o ruidos de fondo, sino un sonido que hace que los consumidores piensen directamente sobre la marca y su identidad. También se integraron en la idea de que el marketing para funcionar en el siglo XXI tenía que ser multisensorial.
En conclusión, existe la idea clásica de que la música es una puerta de entrada a las experiencias y a conectarse con los consumidores.